Los «Bonos Verdes» y los Impuestos Verdes: Aliados para un Futuro Sostenible

La sustentabilidad se abre paso en el ámbito financiero con los «Bonos Verdes». Estos bonos, emitidos por instituciones públicas o privadas, destinan los fondos obtenidos a proyectos medioambientales y de cambio climático. Desde su primera emisión en 2007 por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), se han convertido en una herramienta clave para avanzar hacia un futuro más verde.

En América Latina, varios proyectos han abrazado esta forma de financiamiento. En Godoy Cruz, se aprobó la Ordenanza de Bonos Verdes que financiará la ampliación de la Granja Solar y un kit ambiental para hogares, entre otras iniciativas. Además, el gobierno provincial de Mendoza busca financiamiento internacional para la ampliación del Metrotranvía mediante la emisión de bonos verdes.

Estos bonos no solo benefician a los emisores con una fuente adicional de financiamiento, sino que también ofrecen retornos financieros comparables a los del mercado convencional, con la ventaja añadida de beneficios ambientales y sociales.

Por otro lado, los «Impuestos Verdes» son una herramienta gubernamental cada vez más utilizada para promover prácticas más sostenibles y reducir la contaminación. Tipos como el Impuesto al Carbono y al Combustible Fósil incentivan el uso de tecnologías limpias y la reducción del consumo de recursos naturales.

Estos impuestos pueden generar ingresos para el gobierno, que pueden ser destinados a programas de protección ambiental, lo que potencia aún más la lucha por un futuro más limpio.

Es esencial evaluar cuidadosamente los pros y contras de ambos instrumentos financieros. Mientras los «Bonos Verdes» impulsan proyectos específicos, los «Impuestos Verdes» promueven prácticas sostenibles en diferentes sectores.

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